Las sandías que sembré
este año fueron en un rincón a la sombra del peral, evitando la exposición dura al sol de los días de verano. Con ello quiero conseguir que la tierra mantenga mas tiempo la humedad ya que la sombra del árbol retrasa la evaporación. La mata de sandía crece arrastrándose a través del suelo y trepando por los obstáculos que encuentra buscando sol y luz y extendiéndose por el terreno. Puede trepar y sujetarse a tutores o incluso subir a través de muros o zonas valladas. Las flores comienzan a convertirse en sandías y poco a poco van engordando.
Comparten bancal con las calabazas, que crecen más rápido y con un tamaño más grande de hojas tienden a ocupar el espacio tapando las sandías que buscan su espacio.
Es una planta propensa al oídio, ya que las condiciones de humedad que se crean durante el riego acompañados de el fuerte calor seco de estos días hacen un caldo de cultivo propicio para los hongos.
lunes, 24 de junio de 2019
domingo, 2 de junio de 2019
Recogiendo fresones
Llevo varios días recolectando fresones, por fin parece que he conseguido controlar un cultivo que siempre se me ha resistido.
Con el acolchado he conseguido que las hierbas no invadan a las fresas, no las cubran ni las tapen, he conseguido que el acolchado mantenga mas tiempo la humedad en la tierra y que los fresones no toquen directamente la tierra.
El lugar elegido es dentro del huerto, no accesible a las gallinas, que les encantan y de no aislarlas las gallinas acabarán con los fresones y sus hojas en pocos días.
Pero lo mas importante es conseguir corregir el problema de la corrosis férrica. Amarilleamiento de las hojas a causa del bloqueo del hierro por parte del calcio en el suelo, se soluciona con aportes frecuentes de quelato de hierro.
Las hojas pierde el verde y. se van volviendo cada vez más amarillas, las plantas ya no crecen y terminan por morir. Pero aportando un poco de quelato de hierro en polvo durante el riego a los pocos días las hojas comienzan a recuperar su verde oscuro y la planta sigue desarrollándose de nuevo.
Con el acolchado he conseguido que las hierbas no invadan a las fresas, no las cubran ni las tapen, he conseguido que el acolchado mantenga mas tiempo la humedad en la tierra y que los fresones no toquen directamente la tierra.
El lugar elegido es dentro del huerto, no accesible a las gallinas, que les encantan y de no aislarlas las gallinas acabarán con los fresones y sus hojas en pocos días.
Pero lo mas importante es conseguir corregir el problema de la corrosis férrica. Amarilleamiento de las hojas a causa del bloqueo del hierro por parte del calcio en el suelo, se soluciona con aportes frecuentes de quelato de hierro.
Las hojas pierde el verde y. se van volviendo cada vez más amarillas, las plantas ya no crecen y terminan por morir. Pero aportando un poco de quelato de hierro en polvo durante el riego a los pocos días las hojas comienzan a recuperar su verde oscuro y la planta sigue desarrollándose de nuevo.
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