Durante muchos años en mi huerta la palabra insecto estaba
relacionada con algo negativo. Por ello en esa época, donde utilizaba
pesticidas, consideraba que una huerta sin insectos era la culminación de un
buen cultivo.
Cuando fui virando hacia una huerta ecológica descubrí
que algunos insectos ayudaban muchísimo
en la lucha biológica de las enfermedades de las plantas.
Es entonces cuando descubrí que el mejor aliado contra los
pulgones que atacan a los brotes nuevos son las mariquitas y que las arañas
como la araña tigre son el mejor
insecticida para las tomateras.
Que la solución no puede ser
la lucha química contra pulgones, cochinillas y moscas que atacan
brotes nuevos y se fijan en la cara inferior de las hojas debilitando
las plantas. Y comprender que la huerta es un lugar con vida, tanto vegetal
como animal y que mi prioridad no es conseguir un producto alimentario bonito.
Yo que practico la rotación de cultivos y dejo descansar la
tierra, cuando termina la temporada los
cultivos se quitan, las partes vegetales acaban en el compostador y la tierra se voltea para oxigenarla, en ese
momento dejo entrar a las gallinas que se comerán a insectos, babosas y lombrices acabando en pocos días con cualquier resto de vida
vegetal o animal que se encuentre en el bancal.
Acabando con los alacranes cebolleros que en estado larvario cavan galerías bajo tierra y roen las raíces
y los tubérculos, también se comen los chinches que estropean los tomates y las
coles y lo que más les gusta son los gusanos, como el gusano alambre que
estropea las patatas o el gusano blanco que devora las raíces. Pero también acaban
con los insectos beneficiosos.
Aunque en un principio no vi mucho sentido un lugar para los
insectos, con el tiempo he pensado que tener un lugar donde insectos como
mariquitas puedan criar y
resguardarse sin peligro y sin que las
condiciones cambien o desa
parezcan puede ser una buena idea.
La crisopa: mide entre 10-15cm y unas grandes alas, es un
insecto nocturno que vuela buscando polen entre mayo y octubre, coloca huevos
sobre las hojas infectadas de pulgón para que cuando eclosionen tengan
alimento.
La tijereta: por la noche sale en busca de todo tipo de
alimentos como hongos, polillas, huevos de babosa y caracoles.
Por todo ello decido hacer un hotel, casa o refugio donde
los insectos puedan invernar o colocar sus huevos sin el peligro de desaparecer
a consecuencia de las labores de la
huerta.
El lugar utilizado es una pared de la casa, situada al lado
de la huerta, con techado que
supone una protección a la lluvia. El
lugar protege de las heladas y del exceso de sol en verano, está
suficientemente alto para que no lleguen gallinas y gatos a curiosear. Un lugar
donde los insectos puedan acudir a resguardarse
cada temporada.