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sábado, 30 de marzo de 2019

Iniciando el bancal de verano.

A partir de mañana anuncian precipitaciones, va a ser un regalo para el campo sobre todo arboles y zonas donde el agua de riego no llega. Hace más de 2 meses que no llueve.
El bancal de verano lleva descansando desde el otoño, la tierra vacía está esperando las semillas y plantas de verano, ahora tan solo algunas ortigas y hierbas ocupan el terreno seco.
Por ello antes de que lleguen las anunciadas lluvias preparo el bancal para poder trasplantar la primera barraca de tomates.
Lo primero pasar la mula con ello se remueve la tierra, se entierran las hierbas y se deja una tierra mas suelta menos compactada donde las raíces se desarrollarán mucho mejor.
Luego nivelar el terreno para que durante los riegos no se produzcan zonas encharcadas y zonas secas donde el agua no llega. Luego con los caballones se consigue alinear los cultivos y dejar el terreno preparado en tablas para que cuando llegue el verano y los días de calor extremo se pueda regar a manta el terreno.
Por último coloco un acolchado de plástico que evitará que salgan hierbas y mantendrá más tiempo la humedad de la tierra, evitando la evaporación sobre todo en los meses más duros de verano.
El semillero de tomates colocados en alvéolos  terminó rápido pero un sustrato deficiente ha provocado que las tomatera no crezcan. Por ello ha llegado el momento de trasplantarlas al bancal del verano.
Ahora habrá que esperar algunos días para comprobar que estas tomateras han arraigado en su lugar definitivo.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Fin de las primeras tomateras.




Estoy limpiando el bancal de verano. Sobretodo quitando las barracas de tomate que plante en primavera/2017/04/los-primeros-plantones-de-tomate/. Necesito esta tierra para sembrar los ajos y luego las patatas.
Los tomates increíblemente todavía se encontraban bien, su ciclo este año ha durado mucho más. Las temperaturas suaves del otoño han ayudado a que sigan floreciendo, la falta de lluvias ha propiciado que los hongos no se desarrollen tan rápidamente./2017/06/prevenir-en-las-tomateras.html
Y sobre todo los cuidados que he ido realizando durante todo el cultivo han conseguido llegar hasta aquí./2017/10/lo-que-termina-con-los-tomates/
El acolchado del suelo ha conseguido evitar las hierbas que invaden todo el terreno, compiten por los nutrientes y sobretodo  obligan a aumentar los riegos.  Con el acolchado se consigue que la tierra mantenga mucho más tiempo la humedad y que la tierra se encuentre en mejores condiciones.
El entutorado con cañas consigue que los tomates estén verticales con mejor ventilación  y menor ataque de insectos.
El riego por goteo con el programador  se adapta a la cantidad de agua necesaria a medida que crecen y a las horas cuando todavía no ha comenzado el calor.
Los tratamientos con azufre y cobre  han conseguido mantener las tomateras sanas. El acompañamiento de matas de albahaca ha ayudado.
Cuando el verano terminaba y algunas tomateras comenzaron a enfermar, su retirada de la huerta  consiguió que no se extendieran   al resto de tomateras sanas.
La bajada de temperaturas  brusca de estas últimas semanas hace que les cueste mucho madurar y cuando las temperaturas  lleguen a 0ºC las tomateras s morirán.
Por ello recojo los tomates que están verdes  y arranco las tomateras que  terminan  en el compostador.
Los próximos días retirare el acolchado  y prepararé la tierra para el cultivo del ajo.

viernes, 4 de agosto de 2017

Sandias de agosto

Las sandias es un cultivo que necesita mucho terreno, durante todo su ciclo se extiende creciendo y tapizando el suelo, ocupa todo el terreno y no tiene problema en trepar o superar  muros o vallados. Busca el sol  y trepa a través de tutores, arboles o cualquier  obstáculo que se encuentre en su crecimiento. De sembrarlo junto a plantas bajas como pimientos terminarán por invadirlos y cubrirlos. Por ello cuando planificamos el huerto hay que  buscar una zona donde puedan extenderse sin problema.
En mi caso los plante 2 matas en una zona de semisombra   en el hueco que me quedo entre la barraca de tomates y el final del bancal. Durante todo el verano no han parado  de crecer, se encuentran muy cerca de los tomates  pero sin embargo  crecen hacia el pasillo una zona mucho más tranquila sin la competencia de los tomates, donde reciben sol casi todo el día. Escapando de la zona vallada del huerto, aunque no es problema ya que es una planta que no le gusta a las gallina.
Estas 2 matas permiten poder disfrutar de sandias durante estos meses, tal vez menos de las que nos gustaría y es que aunque hay mucha floración no todas las flores se convertirán en sandias.  Hay 2 clases de flores, las flores masculinas y las femeninas y se necesitan para la polinización.  No nos piden mucho, tan solo que el riego y la humedad no les falten, esto se consigue perfectamente con el riego por goteo que localiza el agua en la zona de raíces y evita que el resto se llene de hierbas. Otra de las cosas que realizo los últimos años es un acolchado de plástico, las sandias crecen por encima de él, no salen hierbas  y los frutos no están en contacto con la tierra.
Una vez  fecundada esa flor se convertirá en una pequeña bolita que poco a poco irá creciendo  hasta convertirse en una gran sandia de al menos 1kg de peso.
Habrá que esperar a que el tallo  que une la planta con la sandia comience a secarse, entonces estará lista para su recolección. 
Es  una  planta propensa  al oídio, ya que las condiciones de humedad que se crean durante el riego  acompañados  de el fuerte calor seco de estos días hacen un caldo de cultivo propicio para los hongos.
Si no actuamos preventivamente su ciclo se verá muy reducido y cuando  enfermen   se propagará rápidamente secando sus hojas y terminando por acabar con las matas de sandia.
De momento el azufre y el cobre han conseguido mantener a raya los hongos y  conseguir que las sandias estén bastaste sanas.  Mientras voy viendo cómo poco a poco crecen las sandias hasta el día en que su maduración sea la correcta para consumirlas.
Si no las recolectamos terminaran por rajarse y abrirse, para poder dejar caer las semillas al suelo y  cumplir su ciclo.
Es uno de los cultivos que si disponemos de terreno no puede faltar en la huerta de verano, no da casi faena y nos proveerá de postre todo esta temporada.

Este año lo he probado triturado  junto a tomates y pimientos  para realizar gazpacho y la verdad es que le da un sabor mucho más fresco.




domingo, 2 de abril de 2017

Los primeros plantones de tomate

La velocidad de crecimiento en el semillero se ha multiplicado, la temperatura en su interior es como la del verano y la humedad de los riegos a diario hacen que el crecimiento de tomates y pimientos se acelere.
Pero el semillero es un lugar intermedio, la gran densidad de plantas y las condiciones hacen que llegue un momento en el cual los tomates ya no crecen. Necesitan su espacio, la corrientes de aire y el sol directo para seguir creciendo.
Es el momento de pasarlos al huerto, a su lugar definitivo, distanciados entre matas unos 40cm  en dos filas para colocar los tutores a modo de barraca. Con la tierra preparada y con el sistema de goteo instalado, ya hace tiempo que el bancal espera su llegada, el acolchado mantendrá más tiempo la humedad en una zona a pleno sol que tanto gusta a las tomateras.
El atardecer es el mejor momento para el trasplante, el cambio de lugar y tierra hace que las plantas se mustien y tarden unas horas en acoplarse a su nuevo lugar, no están acostumbradas al sol directo y sus hojas pueden quemarse. Por ello es al atardecer cuando ya no calienta el sol el mejor momento, una vez transplantadas hay que regarla para que la tierra se compacte y las raíces se integren en el nuevo lugar. Por la mañana ya están erguidas y han superado el estres del cambio.
Ahora habrá que esperar unos días para saber si han arraigado bien y comprobar que ningún gusano tipo barreneta se coma sus tallos tiernos.
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lunes, 29 de agosto de 2016

Cambiando las alcachofas.

alcachofa brotando de nuevo.
bancal vacío desde que se quitaron los ajos.
Las alcachofas a finales de junio se secan, sus flores sacan semillas y sus hojas y tallos se secan y mueren. Pero sus raíces permanecen vivas esperando que llegue un tiempo con menos calor. Por ello al llegar finales de agosto y después de llover o de realizar un riego vuelven a brotar de nuevo. Así todos los años. Del tallo viejo y seco brotan hijuelos nuevos que se convertirán en matas de alcachofas. Estos hijuelos se pueden trasplantar para conseguir matas nuevas.
Las alcachofas hay que cambiarlas de lugar cada 3 o 4 años ya que las matas van consumiendo los nutrientes de la tierra y la agotan. Por ello este año he decidido  cambiarlas a otro bancal ya que he notado que estos últimos años han crecido menos (estas llevan 5 años en el mismo sitio) Hay que buscar una ubicación pensando que estarán varios años ocupando ese lugar y que en el no se podrá plantar nada en invierno ni en verano. Elijo la zona mas pegada a los arboles, el ciruelo y el caqui pierden las hojas en invierno y dejaran que las alcachofas reciban sol todo el día.
El cultivo de la alcachofa no tiene muchas tareas, pero hay que escardar y limpiar las hierbas a menudo para que no invadan el terreno. Por ello este año he decidido acolchar el bancal con acolchado de plástico que tan buen resultado me ha dado en los tomates.
Lo primero limpiar el bancal, ya que lo ultimo que se planto aquí son los ajos y desde su recolección a permanecido vacio, las calabazas lo van ocupando mientras crecen pero sobre todo la hierba ha crecido y se hace necesario limpiarlo.
Una vez limpio de hierbas se pasa la mula aportando un poco de estiércol y volteando la tierra, consiguiendo que la hierba cortada se mezcle con la tierra dejándola más esponjosa y oxigenada.
Se nivela el terreno  y se coloca el acolchado, ahora ya se pueden trasplantar los hijuelos de alcachofa.
Una vez plantados hay que regarlos, esta vez lo hago a manta inundando el bancal para que la tierra se empape y las raíces se acoplen a su nuevo lugar. El  riego que utilizaré a partir de ahora será el goteo, este sistema ha funcionado muy bien con las alcachofas estos años anteriores.
Ahora habrá que esperar unos días para asegurarnos que las alcachofas han arraigado bien en su nuevo lugar.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Resultado del experimento

Cuando decidí  colocar  un plástico por encima de todo el bancal no estaba segura de que cual iba a ser el resultado final. Es más estuve retrasando su colocación durante algunos años ya que tenia miedo de que no funcionase y los cultivos se fuesen al traste.
El experimento consistía en colocar un plástico de polietileno de color blanco de un grosor lo suficientemente grueso para que aguante a la intemperie y evite la aparición de hierbas.
Una vez colocado se hacen agujeros en los lugares donde van las plantas y goteros y se colocan las plantas.
Se colocó en abril   2013/04/experimento-de-acolchado.html  y desde el primer momento tuve miedo de que fuese perjudicial para la tierra y las plantas.
Lo primero que descubrí es que la tierra mantiene mucho más tiempo la humedad lo que se trasmite en un mayor crecimiento de las tomateras y un menor consumo de agua.
Por supuesto  ausencia total de hiervas y en consecuencia menor trabajo en las labores de la tierra.
Ahora que he quitado el plastico observo la tierra y descubro;
-Debajo del plástico hay algunas babosas, pero no han afectado a los cultivos.
- La tierra se encuentra bastante compactada y húmeda.
- Hay hormigas  y muchas cochinillas  l pero no parece haber perjudicado  a los cultivos.
Al escarbar en la tierra descubro que esta llena de lombrices lo que es muy bueno para la tierra. Al permanecer la tierra compacta y humeda se ha conseguido  que las lombrices vuelvan a la parte superior de la tierra. Mientra excavan en la tierra ingieren particulas del suelo  que provienen de la descomposición de materia orgánica como hojas o raíces , remueve  y airea el suelo al crear galerías y  expulsa sus propios desechos nitrogenados.
Por ello llego a la conclusión de que a priori acolchar el suelo para el cultivo es positivo.




domingo, 21 de abril de 2013

Experimento de acolchado.

Uno de los problemas con los tomates es controlar que las hierbas no invadan el bancal. El tomate es un cultivo que demanda mucho riego sobre todo en los meses más calurosos del verano, estos riegos provocan que las hierbas crezcan rápidamente alrededor  y sobre todo en el centro de las barracas, lo que hace que estas hierbas compitan y absorban los nutrientes y la humedad de los tomates.



Durante los últimos años coloco un plástico en la zona central de las barracas, el cual no deja salir las hierbas y mantiene las barracas mucho más limpias, ahorrando sobretodo tiempo en la limpieza de la hierba. Ha funcionado muy bien ya que  consigue mantener la humedad en la tierra mucho más tiempo
Este año he querido dar un salto que hasta ahora no me he atrevido. Antes de comenzar a plantar en el bancal o campo de verano he decidido cubrirlo todo con un plástico que impedirá que salgan  las hierbas. Haciendo agujero tan solo en los lugares donde se plante y que coincidirán con los goteos.
Como ventajas espero conseguir una tierra más estable ya que al no darle el sol directamente la humedad se mantendrá mucho más tiempo y los cambios de temperatura entre el día y la noche no serán tan variables.
No hará falta realizar escardadas ni cavar la tierra , manteniéndose la tierra sin tocar lo que aumentara el número de lombrices.
Como inconvenientes tengo miedo que debajo del plástico las babosas y caracoles acampen a sus anchas y que otros insectos encuentren el lugar idóneo para esconderse siendo difícil su control. No se si la falta de transpiración de la tierra afectara al bancal en su conjunto o si el exceso de calor  sobre un plástico que se calentara no provocará una mayor necesidad de riego.
Llevo mucho tiempo con el proyecto por mi cabeza y este año he decidido experimentar a ver si son mejores las ventajas o los inconvenientes.

domingo, 6 de mayo de 2012

Acolchado de los tomates

Desde hace varios años que utilizo el acolchado de plástico de polietileno  para el centro de las barracas.
Con ello consigo varias cosas, la primera y principal es evitar que se llene de hierbas, al quedar dentro de la barraca es más difícil de quitar y al tener la humedad del goteo la hierbas se extiende con mucha rapidez, compitiendo por la humedad y los nutrientes con los tomates, la maleza suele venir acompañada de un incremento de las plagas.


En segundo lugar con el acolchado conseguimos retener mucho más tiempo la humedad ya que la evaporación es menor,  mantiene mucho más tiempo la zona tapada húmeda con lo que se consigue un ahorro de agua y un menor riego.
También se consigue mantener la temperatura de la tierra más estable ya que durante el día  hay menos evaporación y durante la noche hay menos enfriamiento.
El plástico que utilizo tiene dos colores, por un lado es negro y por el otro blanco. Lo coloca de manera que el blanco quede encima para conseguir un mayor reflejo de la luz y así conseguir una mejor fotosíntesis en el interior de la barraca. También ayuda a evitar la mosca blanca.
He comprobado que la zona donde se coloca el plástico no sufre un endurecimiento de la tierra permaneciendo durante todo el ciclo de cultivo  una tierra más suelta. Al no tener que realizar  tareas de limpieza de maleza  la tierra se conserva con muchas más lombrices tan beneficiosas para la tierra.
Lo coloco una vez los tomates ya han cogido y su crecimiento es bueno, ya que debajo del plástico se esconde caracoles, gusanos y babosas que atacan a los tiernos tallos.
En las próxima semanas colocaré los tutores y por ello el acolchado tiene que ser ahora.
Una vez termine la cosecha el plástico se vuelve a recoger y se guarda hasta el siguiente año.