El viento de poniente procede del oeste ,de donde se pone el sol, de ahí su nombre.Estos vientos atraviesan la península y se van calentando hasta llegar aquí.
Estos días soplan rachas de entre 70 y 80 km hora, resecando la tierra y haciendo que plantas y árboles padezcan sus efectos. Las temperaturas rondan los 38ºC lo que acentúa la pérdida de humedad en la tierra, un humedad que necesitan las plantas para poder absorber los nutrientes que se encuentran en la tierra.
Por ello estos días hay que estar atentos a los riegos y no dejar que las plantas se deshidraten, muchas veces los daños son irreparables.
Habrá que observar cada planta, los tomates aguantan perfectamente este calor, sin embargo los pimientos sufren mucho la deshidratación y sus hojas se doblan hacia el suelo, los calabacines no sufren ningún síntoma sin embargo las calabazas y las sandias arrugan sus hojas esperando que llegue la tarde y el sol se marche para recuperarse. Al maíz y al girasol incluso parece gustarle tanto calor sin embargo las hojas de las fresas se queman como si les pusieses fuego.
Hay que regar cuando el sol se esconde, incluso mejor aun al amanecer, ayudando a que las plantas aguanten estos días de viento de poniente.
Mientras riego veo pasar un helicóptero que se dirige al incendio de la Sierra Calderona.
Hay que regar cuando el sol se esconde, incluso mejor aun al amanecer, ayudando a que las plantas aguanten estos días de viento de poniente.
Mientras riego veo pasar un helicóptero que se dirige al incendio de la Sierra Calderona.