Ya hace dos meses que se plantaron y gracias a las lluvias del mes pasado todavía no había hecho falta regarlas, pero esta semana la tierra esta muy seca por ello ha llegada la hora de poner en marcha el goteo y regarlas.
Siempre he oído decir que su riego debe ser moderado casi exclusivo de la época de floración, pero lo cierto es que un riego para conseguir que la tierra siempre permanezca con algo de humedad le va muy bien y se nota en su crecimiento y desarrollo.
Este año los dos primeros caballones son de la clase aguadulce que es más resistente al frió y más precoz.
El otro caballón me las dieron y no se de que clase son pero de momento van el doble de altas y grandes.
Lo bueno de este año es que todavía no les ha atacado el pulgón negro que les ataca todos los años y eso que llevo varias semanas intentando colocar las trampas cromáticas amarillas pero se me olvida.(esto ya lo dije el 14 de noviembre)
A ver si estas navidades me aplico un poco y le aplico un tratamiento de purín de ortigas a modo preventivo.
Lo que me he dado cuenta es que están más pequeñas que el año pasado, también es cierto que su germinación fue muy mal y el crecimiento inicial muy despacio y algunas hubo que volverlas a plantar muchas.