Lo cierto es que el cultivo de rábanos ha resultado mucho más fácil de lo que a priori se esperaba, tan sencillo como aprovechar el caballón, que sirve de contención para el agua de riego de las cebollas, para dejar caer encima de el unas simientes de rábanos.
El agua es la misma que para las cebollas y su crecimiento ha sido muy rápido, ningún problema con el frío ni con el hielo. Al ser invierno ningún problema con las malas hierbas, ninguna preocupación extra.
Estos van directos a la ensalada junto con las lechugas y escarolas también recolectadas.