
A estas alturas del verano ya teníamos que estar comiendo peras todos los días, pero sin embargo al acercarnos al peral lo que mas llama la atención es que la mayoría de las peras acaban en el suelo podridas.
Al observar las peras todas tienen pequeños agujeros, alrededor de esos agujeros aparecen una mancha oscura y en poco tiempo la fruta cae al suelo y se pudre rápidamente.

La responsable de este desastre es una mosca de tamaño mas pequeño que la mosca común y de colores parecidos a las avispas.
Esta mosca se posa sobre la fruta, realiza uno pequeños orificios en la superficie del fruto y la realiza la puesta de los huevos. En 2 días eclosionan los huevos, las larvas se alimentan de la pulpa del fruto y favorecen la oxidación y la maduración prematura de la fruto.
Descartada la lucha química el próximo año probaré con las trampas cazamoscas para intentar menguar la población y así poder disfrutar de estas sabrosisimas peras como postre de septiembre.