☼ 31ºC
Las 2 matas de calabazas salieron de las semillas sembradas directamente en la tierra. Se ha aprovechado la zona donde está sembrado el maíz ya que el maíz crece verticalmente y deja el suelo libre, a la vez que las calabaceras se aprovechan de los riegos del maíz. En este bancal hace muchos años que no se plantaban calabazas, el año pasado estuvo ocupado por las judías y el garrofón que aportaron nitrógeno a la tierra, aunque las calabazas no son muy exigentes con el terreno. Este bancal no está vallado ya que a las gallinas no les gustan las calabaceras ni las matas de sandías.
En esta primera fase el maíz todavía es pequeño y deja pasar la luz y el sol, un sol que le gusta mucho a las calabazas y un maíz que cuando llegue las temperaturas de 40ºC de julio y agosto protegerá y dará sombra.
Las calabaceras ya han comenzado a sacar flores y sus brotes comienzan a extenderse con la intención de cubrir todo el suelo posible, como buscando e intentando ganar un terreno previsto también para las sandías.
Después de esta primera ola de calor se hace necesario regar todo el bancal, con ello conseguiremos que siga su crecimiento y en los próximos días habrá que escardar la tierra para controlar las hierbas.
De momento comienza a llenarse de flores, pero solo las flores femeninas polinizadas llegarán a convertirse en calabazas.





















