Los tallos florales del ajo, se desarrollan en el último
tramo del ciclo del ajo, no siempre y no en todos los ajos pero si la
enfermedad de la rolla lo permite de ese tallo saldrá una flor.
Pero lo bueno de ese tallo no es la flor, es más no
recuerdo como son esas flores. Hay 2 motivos para arrancar el tallo y no
dejarlas salir.
El primero es que al quitar el tallo el ajo dejará de
gastar energía y el bulbo engordará mucho más.
La segunda razón es para aprovechar esos tallos que
tienen un sabor especial, mucho más suave que el ajo en sí, parecidos a los
ajetes con similitud a los puerros.
Para sacarlo tan solo hay que estirar de ellos con una
mano, con la otra se sujeta el ajo para no desenterrarlo de la tierra, hasta
que el tallo se rompe.
Luego esos tallos se cortan en trocitos pequeños y ya están
listos para la ensalada o para realizar una sabrosa tortilla
o como revuelto
con jamón.
Es otro regalo más que nos dan los ajos unas semanas
antes de que se sequen y podamos recoger sus bulbos.





















