Ha llegado diciembre, al llegar a la casa esta se encuentra demasiado fría.
Hace algunos años que pusimos la calefacción a gasoil, desde luego el calor que desprenden los radiadores es limpio, seguro y en pocas horas puede aumentar la temperatura de toda la casa dejando una estancia sin ninguna sensación de frío.
Pero nos sigue gustando encender la chimenea, puedo pasarme horas contemplando como se queman los troncos, su ruido, el olor a leña quemada y ese calor que desprende. Me gusta mucho.
Cuando eramos pequeños una de las actividades de otoño era ir a buscar leña para el invierno, ahora la compramos y un 20% de la utilizada proviene de las podas de los arboles y de ramas secas o arboles que se muere en el huerto. Es la mejor manera de reciclar o tal vez seria mejor decir utilizar todas aquellas ramas que proceden de la poda.
De paso sirve para calentar y consumir menos gasoil de la caldera.
Anochece muy pronto y la chimenea acompaña en las largas noches de diciembre.