
Ha llegado la primavera y ha venido llena de lluvia, ya no esperábamos encender la chimenea y menos volver a ponernos abrigo para estar en la huerta.


Pero al contrario de lo que parezca, los que tenemos huerta sin pozo o lejos de un rio, la lluvia es un regalo en primavera.
Ahora que los arboles ya han despertado, que sus brotes nuevos comienzan a sacar hojas y que las flores llenan muchos de ellos, lo mejor que les va en un riego copioso de agua. Si encima es agua de lluvia mucho mejor.
Se llena cada rincón y el agua corre por todos lados por igual, la tierra se empapa y los arboles podrán coger los nutrientes que necesitan para crecer.

Ha llegado la primavera y el árbol más adelantado es el albaricoquero, ya está lleno de frutos, seguramente demasiados, los que entienden dicen que hay que quitar partera de ellos ahora que son pequeños así los que dejemos engordaran más y se harán más grandes. Pero otro año mas me sigue dando pena quitar algunos de ellos.
El melocotonero está lleno de flor, antes incluso de sacar las hojas, le siguen ciruelos y perales. Otros comienzan a sacar las hojas como el caqui o el avellano. Pero el más bonito es el laurel, el es de hoja perenne y no duerme en invierno, ha aguantado el frio y el hielo y ahora que los días y las noches tienen las mismas horas se llena de flores amarillas.
Sigue lloviendo, un agua que le vendrá muy bien a las semillas de calabaza sembradas la semana pasada.
La tierra se empapa de agua,
se prepara para que en las próximas semana se trabaje y voltee ,se le aporte estiércol y se siembren las primeras cosechas del verano.