Todos los años al llegar principios de julio alguna gallina decide que quiere ser madre, le entra la fiebre y se sienta encima de los huevos.
Ya han pasado algunos años desde la primera y desastrosa vez que decidí dejar que las gallinas cumpliesen su deseo.
Cada año he ido mejorando la estancia de la incubación. Todavía me faltan muchas cosas para conseguir que los 21 días que la gallina tiene que pasar calentando los huevos sea lo más tranquilo y agradable posible, pero ni punto de comparación con los primeros años.
Ahora la gallina se encuentra apartada del resto, en una zona donde no es molestado ni tienen acceso el resto, los primeros años permanecía con el resto de las gallinas, están colocaban cada dia huevos nuevos en el nido, con lo cual la gallina clueca cada día tenia más y mas huevos.
Esta vez la gallina tiene comida y agua para ella sola, cerca del nido con lo cual el resto de gallinas no se la pueden comer y la gallina clueca no se tiene que alejar mucho del nido.
Cuando nazcan los pollitos permanecerán en este lugar junto con su madre, el primer año nacieron junto al resto de gallinas y estas les picaron y mataron a muchos de ellos.
Esta semana cuando llegué habían dos gallinas incubando, casi pegadas una a la otra, parecía que se habían repartido los huevos. Entonces pensé que seria buena idea probar dejar las dos gallinas para probar como se comportarán los pollitos de dos madres diferentes.
Pero al colocarlas en su nuevo lugar una de las gallinas al verse encerrada se ha puesto muy nerviosa y ha decidido no querer estar allí, al final me ha tocado sacarla.
Ahora se ha quedado tan solo la gallina negra, tiene un año de edad y le esperan 21 días de mucho calor por delante.
lunes, 16 de junio de 2014
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Hola kissy,
ResponderEliminarque interesante tu incursión en la psicología de un gallinero ¡¡