
Desde hace algunos días parece que ha llegado de golpe el verano. El fin de semana trajo un aire de poniente que hizo subir las temperaturas y acercarlas a unas más parecidas a las de junio. Las temperatura se encuentran entren los 18ºC de mínima y los 32 de máxima. Pero el aire seco que proviene de áfrica reseca la tierra y da la sensación de mucha más calor.
Un primer síntoma se ve en el agua del gallinero, las gallinas consumen mucha más agua y a la hora de dormir ya no están tan pegadas unas a otras, el gallo sigue durmiendo solo.

Por ello ha llegado el momento de levantar la persiana para que corra el aire y retirar los plásticos que protegían del frio en invierno.
También hay otra preocupación, hay que regar todo ya que la mayoría de las plantas no sobrevivirán tan solo con unas lluvias escasas. Hay que revisar goteos no pase como el año pasado que se murió el romero al obstruirse el goteo y no recibir riego durante todo el verano.
Las plantas necesitan cuidados y se acostumbran a ellos, por ello si disponemos de agua las plantas y arboles crecen y se acostumbran a unos riegos que si faltan merman su crecimiento y pueden provocar su muerte.
Por ello estos días me he dedicado a regar arboles y plantas. La huerta se riega a través del goteo y es el programador el que se encarga de regar todas las tardes cuando el sol comienza a esconderse.