
Desde hace miles de años los hombres han utilizado el fuego
para calentarse, la materia prima necesaria para hacerlo es la madera. Depende
de la madera utilizada, de su grosor y de su estado conseguiremos más o menos
calor.
Sobre eso también hay manías, si la de encina es mejor, si algarrobo, naranjo o carrasco. Si
es mejor combinar pino al inicio para añadir luego troncos más grandes de
leña como algarrobo, encina o almendro.
Las maderas muy duras como el almendro, la encina o el haya
producen mucha brasa que mantendrá más tiempo el calor, otras como el pino
produce mucho calor al principio pero se consume rápidamente.

A mí una de las que más me gusta es la de naranjo, consigues
un buen poder calorífico y su olor es muy agradable.
Al principio empezamos con una estufa pequeña de leña, en
ese tiempo íbamos al bosque y a los campos de algarrobos a buscar leña caída y restos de podas. La
cargábamos en el coche y la traíamos, era toda una excursión.

Pero hace ya años que pusimos en la casa calefacción de
gasoil, consigue calentar toda la casa de manera uniforme y rápida. Es muy cómodo pero más caro.
Por ello en los días de más frio nos gusta encender la
chimenea, se consigue un apoyo para la calefacción ahorrando consumo y su calor
es especial.
El fuego acompaña y su olor y el sonido que produce hacen
mejor la estancia, me encanta quedarme mirando el fuego.
