Cuando vienen rachas fuertes se oye el ruido del pino al que se le mueven todas las ramas y sobretodo las cañas que no paran de balancearse de un lado para otro.
No soy yo, las gallinas han permanecido toda la tarde en el gallinero, se asomaban a la puerta y volvían a entrar. Tal vez les asustaba los ruidos extraños y no estaban a gusto en la huerta peleándose con el viento. Por ello creo que es la primera vez que las he visto con la puerta del gallinero abierta y sin querer salir. Tal vez tiren de menos al gallo que se encargaba de cuidarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario